VIDEOCONFERENCIAS
Las videoconferencias son un sistema de comunicación audiovisual en tiempo real entre dos o más personas. Es como una conversación telefónica en la que pueden participar más de dos personas y en la que, además de sonido, cada participante también transmite imágenes de vídeo que pueden ver el resto de participantes.
Las ventajas de este sistema respecto a las conversaciones telefónicas son evidentes: por una parte permite la participación de más de dos personas en la conversación; por otra parte, el contacto visual entre los participantes añade más matices a la información que se transmite; y, por último, también permite incorporar otros elementos a la información (presentaciones, gráficos, etc.).
Estas ventajas han hecho que las videoconferencias sean cada vez más habituales en diferentes ámbitos, como el laboral o el educativo, aportando diversos beneficios: reducción de costes, aumento de la productividad, mejora de la colaboración, aumento de la flexibilidad y la comodidad...
¿QUÉ NECESITO PARA HACER UNA VIDEOCONFERENCIA?
Para poder realizar una videoconferencia, cada participante necesita disponer de un dispositivo que tenga una serie de componentes de hardware: pantalla, cámara de vídeo, micrófono y altavoz. Además es necesario que ese dispositivo disponga de acceso a Internet y de un software de videoconferencia.
Los dispositivos más utilizados para realizar videoconferencias son teléfonos móviles (smartphone), tabletas y ordenadores portátiles, ya que tienen integrados todos los componentes necesarios. También se pueden realizar con una televisión (smartTV) o un ordenador de sobremesa, pero en este caso tendríamos que conectarles los componentes de hardware que no tuvieran (cámara, micrófono, altavoz o auriculares con micrófono).
Auriculares con micrófono | Cámara web |
APLICACIONES DE VIDEOCONFERENCIA
Aplicaciones para videoconferencia hay muchas. Algunas surgieron como software para videoconferencias desde su origen, como Skype, otras surgieron con otra finalidad y añadieron esa funcionalidad con posterioridad, como Whatsapp. La mayoría de ellas ofrecen servicios gratuitos con ciertas limitaciones y si queremos disfrutar de todas las funcionalidades tendremos que contratar un servicio de pago.
Vamos a ver algunas de las principales aplicaciones de videoconferencia.
Skype. Fue de las primeras en aparecer (en 2003) y la primera que se extendió a nivel mundial. Fue pasando por varias manos hasta acabar siendo adquirida por Microsoft, por lo que normalmente viene ya instalada junto con el sistema operativo Windows, aunque también tiene versiones para otros sistemas operativos, como OS X, Linux, iOS o Android. También se puede instalar en diferentes marcas de televisiones inteligentes.
Zoom. Apareció más tarde que Skype (en 2013), pero a raíz de la pandemia de Covid19 experimentó un aumento importante de usuarios. Su uso también es muy similar a Skype, con una versión gratuita restringida a un máximo de 100 participantes y una duración de 40 minutos. También está disponible para los sistemas operativos más comunes.
Microsoft Teams. Se integra dentro del entorno Office. En realidad es un software enfocado a la creación de equipos de trabajo, para lo cual incluye chat, almacenamiento de archivos, colaboración en línea y videoconferencia. Aunque es un software de pago, está disponible de forma gratuita para todos los alumnos de la Consejería de Educación de Cantabria.
Google Meet. Es el servicio de videoconferencia de Google. Cualquier persona con una cuenta de Google podrá iniciar una llamada Meet desde Gmail, invitar hasta a 100 participantes y reunirse, sin coste alguno, durante 60 minutos por reunión. Para tener acceso a más funciones, como números de acceso internacionales, la grabación y emisión en directo de reuniones, y controles administrativos es necesario contratar el servicio de pago. Se puede usar desde un navegador, sin necesidad de instalar ninguna aplicación.
Jitsi. Es una aplicación para videoconferencia de software libre y código abierto, disponible para múltiples sistemas operativos. A diferencia de otros softwares de videoconferencia, con Jitsi no es necesario depender de servidores de terceros, ya que se distribuye el software tanto del cliente como del servidor, por lo que podemos instalar el servidor en un ordenador propio.